Sobre algunas cuestiones alrededor de la obra de
Marcello Mercado y los Medios Audiovisuales
>>>
Detenerse _____________ en las
creaciones del realizador argentino Marcello Mercado[1], no debe parecer una extrañeza: su obra implica >otra< propuesta frente a la vidriera del espectáculo
mediático + focalizado en la exhibición y venta de productos + Además, genera un pensamiento sobre el complejo
^universo^ del audio_visual. Este @campo@
*oh_puesto* a la Pro_ducción Come_(rrrr)_cial,
ofrece un material Pura_Mente
experimental y abre un DESAFÍO
de pensamiento.
¿Acaso
si cambia el siglo no cambia la manera de contar? números / cuentos
En el rubro de los medios, los especialistas que aparentemente se
oponen al cine comercial, centran su discurso en la crítica de ese sistema de
espectáculo, más que en el estudio de las obras que se enfrentan a esa
uniformidad audiovisual. Es dentro de esta aparente paradoja, que puede ser
relevante pensar la obra de Marcello Mercado.
|
* Cada
vez es más frecuente que las películas se registren en video digital. << Tema
tabú es el de considerar estas TeKh_no_logías no foto*químicas, como cine “porque se
desconoce su esencia” o se niega el hecho trau^_mático de que ya no se está rodando en fílmico o editando en una moviola_ola_ola
>> Una de las problemáticas que
circundan al cine argentino y al audiovisual es que mantienen una relación
conflictiva con el tema del uso de las máquinas audiovisuales, *_máquinas
cerebrales_*. Esto *NOS* focaliza en el tema = rastrear obras originales y procesos artísticos a través de la MANI_Pulación
de Máquinas semi-ó(p)_ticas audiovisuales, < lo cual implica mod_(if) y car*
el proceso de escritura.
La @obra@ de Mercado, es un ¿objeto? de estudio Inn_evitable
< _porque no tienen mercado sus
experimentaciones inéditas > en el campo del audiovisual argentino.
Este Real_Izador comprometido ultranza
en = trayectos = de investigación narrativa y expresiva, ha logrado obras excepcionales.
Marcello Mercado => señala un camino => (frente al cual, el cine
argentino está cada vez más / pérdido /, a pesar de la gran cantidad de
producciones que se generan anualmente) => es la Ín_Nova_ción Estética.
Mercado ES parte *Importante* de una historia (de)tras=>As_cendente del “audiovisual”[2] en *Argentina.[3]
En diversos eventos, afuera (ad_entró) *Nació_Nales* e <Inn_Ternacionales>[4], Mercado también Real_Iza *Acciones y Per_formances*
Art_(ís)_Ticas donde _<Pone>_ su cuerpo y su Voz. En esas EX_posT y Siones,
se pre_senta frente a su propia @obra@ a través de la elaboración de EL_Ocuentes Pre_senta => ciones
en las que refiere ¿quién es? un ReeL _ A(c)to
de su Storia y MEDIA_ANTE_ La PER>For_Man_Sé
_
La guerra_ *Art_(ís)tica desde Res_is(t)encia, Chaco; hasta su ACT_Cualidad, en las >afueras<
de la ciudad de Colonia.
Estas alocuciones _Meta_Di(s)cursivas
se Art_y*culan con su obra artística,
*interpretación HIPER_Textual*. Acciones => vid_eos => óp_Eras => performances
& @ & Pro_Sesos de <BIO_Arte>.
Ellos conforman un <Corpus Complejo>[5] y Par_ódico_ del Arte >>>> ¿Sería = seria? ¡_Reflexión sobre su @obra@ y su Ex_Is_Tend_end_CIA!
=>existencia<=
Mercado pone en acción y en “Es_cena” todo un pen_E_samiento sobre el
ArTé_ audiovisual => a partir de _SÍ_ y su
dedicación ex_INN_clusiva a los procesos
de iN_vestigación tecnológica. ( Lo cual, es una Rar => ¿eSa en el campo artístico? )
Esas reflexiones se pueden pensar como lexías que remiten a un
complejo universo de las artes audiovisuales, ¿Dónde está inmersa la figura de
Mercado? Parte de ese _HiperTexto *lo constituye su @correspondencia_electrónica@[6] que se articula como un *verdadero manifiesto* < La obra de
Mercado, particularmente su trabajo en video, es agresiva y compleja >
Por consiguiente SOLICITA _Percepción
Comprometida_ como aquellas que requieren las propuestas audiovisuales trascendentes que Con_vulSi….onan las
relaciones: Pantalla/Espectador, Placer/Consumo, Diégesis/Identificación,
Lectura/Escritura.
La obra de Marcello Mercado < cuyos
trabajos trascienden la entelequia de un contenido o un
argumento > desarrollan un macro discurso sobre cómo construir arte con
máquinas audiovisuales electrónicas y digitales.
Los
inicios
>>> A principios de los años ´90 se empiezan a conocer los primeros videos de
Mer_K_2, _cuando ya se podía hablar de una > continuidad
> en la producción de trabajos específicamente ORIGINALES (dentro) del video argentino_[7].
En ese momento, se recurría a las discutibles categorías de arte y creación para referirse a una serie serie serie serie de obras, que
con el tiempo …. fueron teniendo su
propio ( ) *espacio* a través de muestras y festivales[8]. Estas [ X, Y, Z ] variables
en lo audiovisual, producen confusiones; la más elocuente es:
El cambio en la denominación
del antiguo Instituto Nacional de Cinematografía (I.N.C) por la de Instituto
Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (I.N.C.A.A).
|
Sin embargo, a pesar de la
modificación en el modo de designar al organismo estatal, nunca se definió lo
que podría ( ) ser ese “arte audiovisual”, ni siquiera como
un área expandida del cine hacia el fenómeno artístico y audiovisual; así como
tampoco se alentó su producción. Pero al menos ya el video podía sentirse “nominalmente comprendido” en [Las Artes Audiovisuales] por la Institu_Song Guberna_Mental. No es
casualidad que Marcello Mercado,
como >otros< destacados realizadores y artistas, resida en
el exterior.[9] Tal vez es necesario aclarar que bien
avanzada la primera década del tercer milenio, ninguna otra arte audiovisual
que no sea el cine, recibe ayuda del I.N.C.A.A
La compleja dificultad de catalogar y estructurar la profusa producción
de video argentino, plantea un camino
posible al proponer este recorrido: considerar una parte de la obra de Mercado,
desde el punto de vista de sus relaciones de hibridez con los otros medios
audiovisuales, particularmente el digital. [ así como algunas otras
disgresiones]
Este es un tema crucial en un momento
crítico del tercer milenio, debido a los cambios definitivos en la materialidad
de los soportes tecnológicos. La hegemonía del aparato digital en todos los
procesos productivos ha incentivado la homogeneización de ciertos parámetros en
la discusión sobre los lenguajes y la producción expresiva videográfica. En
este sentido, de las relaciones entre el video, la
fotografía, el cine, la TV y el digital surgen nuevos procesos expresivos que
se originan por su combinación creativa, sin dejar de lado el predominio de las
narrativas no lineales, hipermediáticas e hipertextuales, las cuales forman parte de este proceso @ creativo @ por el cual se atraviesa en esta
primera década.
La obra de Marcello Mercado permite reflexionar sobre la combinación de
soportes audiovisuales; por ser un autor cuya trayectoria a lo largo de los
años ha desarrollado una intensa búsqueda con la imagen electrónica y diversas
tecnologías. Su trabajo es una poética
tecnológica manifestada como consecuencia de la combinatoria de diversos
soportes y formatos; además de presentarse
a través de variadas realizaciones con un discurso profundo sobre las máquinas audiovisuales y sus usos artísticos.
Usos y
desusos de las imágenes tecnológicas
La historia conceptual del pensamiento sobre
las tecnologías audiovisuales se plantea desde la aparición de la fotografía y
tal vez tuvo, al menos hasta el momento, su desarrollo más brillante cuando fue
aplicada a los aparatos fotoquímicos. Las combinaciones entre medios,
además, generarían opciones de creación
importantes, que en su momento eran pensadas desde un lugar específico del
video experimental como estéticas propias del video[10]
y luego en sus extensiones o influencias. Dichas combinaciones amplían sus
alcances, tanto a la puesta en escena cinematográfica como al lenguaje de los
nuevos medios[11]. Considerada bajo
este aspecto, la obra de Marcello Mercado es muy rica en una vertiente que
se relaciona directamente con la fuente
tecnológica que el realizador utiliza y manipula. Esta imaginería con los
aparatos audiovisuales hizo que Mercado *Marke* sus propias incisiones tecnográficas a partir de sus usos del cine,
el video, el digital y las
telecomunicaciones.
En este sentido, mediante las diversas tecnologías
de las cuales se apropia EL >Mercado<,
se desvirtúa el inevitable determinismo que imponen los
medios técnicos desde su especificidad material; incluso en estratos intocables
como son las estrategias de puesta en escena, alrededor de lo que podría presentarse como documental. = >>> Para comprender cómo fue posible el actual desarrollo del video/de las artes
visuales, es necesario intentar establecer una historia de los medios
audiovisuales, sobre todo, respecto de lo que puede considerarse su
especificidad material. Será oportuno detenerse particularmente en ese período
tan importante que abarca desde el momento
que el hombre transforma su expresión visual del quehacer quirográfico y
produce con sus manos, hasta el momento que el hombre llega a trabajar con
máquinas complejas. Esto puede determinar cierta continuidad < desde la
prehistoria de la fotografía hasta los computadores de nuevas generaciones >.
Son doscientos años de historia, dentro de los cuales se pueden trazar como
trayectos muy específicos la historia de la fotografía y del cine, desde la
animación de los primeros artefactos que simulaban movimiento hasta ese momento
en el siglo XIX que incorpora la fotografía; pero sin olvidar que el cine, en todos esos aparatos
que lo anteceden y lo continúan, forma parte de una historia discutible.
Ahora,
la propuesta es referirse a efemérides muy conocidas: 1833, 1895, 1927, 1956,
1965, 1984 correspondientes a la aparición del daguerrotipo y del proyecto del motor
analítico de Charles Babbage, la proyección en el café de París del aparato de
los hermanos Lumière, el registro de la patente de la televisión en California,
la aparición de la videograbación patentada por AMPEX y la presentación de Apple
en el mercado, respectivamente. Son fechas importantes, pero sólo como marcas
cronológicas e ideológicas que si bien determinan un punto de inflexión, todas
ellas se inscriben en procesos más complejos y suponen desarrollos paralelos.
Durante
el siglo XX, las aparición de esos aparatos ya tuvo que ver con lo corporativo,
con máquinas que respondían a marcas precisas. El rol de los inventores fue
reemplazado por técnicos e ingenieros empleados de empresas.[12] Aquella figura del
investigador que luego de pasar largos períodos de trabajo en su taller
o laboratorio, presentaba un nuevo aparato en sociedad, no estaba directamente
asociada a este nuevo pensamiento lucrativo. En este tercer milenio, una parte
de los materiales y aparatos de marca utilizados, provienen de corporaciones
cuyos royalties son de un alto valor
material e ideológico, además de ser producidos en factorías alejadas de las
naciones de procedencia. Por consiguiente, estas máquinas audiovisuales no son el
producto de un conocimiento utópico, ni el resultado de un descubrimiento
científico puro.
Esta
visión de los medios es absolutamente importante si se pretende considerar a las
máquinas audiovisuales, en su pureza y originalidad, como máquinas de arte; en
las maneras que procesan imagen y sonido, y en los usos que esos aparatos
pueden ofrecer manipulados creativamente por artistas. A partir de sus
elementos materiales originales, se puede definir qué es el cine, al considerar
la cámara, el proyector, el soporte de poliéster, la emulsión de las sales de
plata y las lentes, entre otros
elementos. El cine es un aparato, cuya materialidad lo define en su esencia, y
un dispositivo que habilita para hablar de discurso, de puesta en escena, de
lenguaje, de ideología[13]. Pero, si se toma
como punto de partida esta base, la tecnología es la que determina lo que
pueden ser los medios audiovisuales desde un lugar específico y, para algunos
autores, es la génesis para cualquier pensamiento acerca de los medios. Vilém
Flusser[14] y
Marshall McLuhan[15]
hace ya varias décadas propusieron esta discusión, e incluso plantearon
cuestiones específicas sobre la relación que un artista debe mantener con los
aparatos que manipula. Sin embargo, el
tema ha sido soslayado por la mayoría de las disciplinas que se dedican al
estudio de estos.
Para
focalizarse en las máquinas procesadoras
de datos matemáticos, teóricos y artistas como Rejane Cantoni[16] y Lev Manovich[17] remiten a la
historia del procesador de datos y al hombre haciendo cálculos a través de
herramientas y máquinas. Esta historia fascinante de los medios, siempre ha
convivido con un discurso teleológico que se mantiene desde hace exactamente
200 años, con la aparición de la fotografía.
Si
cada medio nuevo se acompaña de la apología de la novedad absoluta y con la
idea de proponer una tabla rasa respecto de los medios anteriores[18], se está frente a un
discurso coyuntural donde el presente de cada aparato señala, a la vez,
su futuro. Y este promisorio avenir lo *marca* algo, que viene a trazar
un corte con todo lo anterior, cuando en realidad, podría ser exactamente al
revés. Los medios audiovisuales
tecnológicos siempre retoman la historia del lenguaje y los sistemas semióticos
de los medios anteriores. Este
fragmento de la historia del hombre es comprendida por un área de estudios
audiovisuales, que se presenta como una “Arqueología de escuchar y ver a través
de medios técnicos”[19], como
la denomina uno de los mayores expertos en el tema, Siegfried Zielinski,
causalmente uno de los impulsores de la obra de Marcello Mercado.
Así,
estas maneras de pensar los medios audiovisuales, que consideran la relación
entre las obras y los usos de las máquinas, son importantes para considerar la
obra de Marcello Mercado, la cual, como ya se ha dicho, se puede analizar desde su manipulación de
los diversos medios y formatos audiovisuales. Por un lado, está lo específico material de cada aparato audiovisual,
en este caso < el video y la imagen electrónica, junto a la
historia de los lenguajes y la puesta en escena >. Pero, además, es interesante
considerar cómo se va imbricando la historia de un medio como el video, también
el cine, en base a combinatorias con la imagen digital, cuando ya prácticamente
no se puede hablar más de medios puros.
El
digital y el video suponen otros parámetros de valores cromáticos, de procesos
de compresión y de Text_ura de la [imagen], así como la posibilidad de trabajar la
composición en un montaje horizontal ( y vertical ) dentro de /cua[ ]dro/. Pero,
cuando el digital y el video se utilizan primordialmente para simular el cine, tal simulación por lo general resulta mal
lograda * porque los colores no son nítidos *
y la imagen no es fílmica. A estos factores se suman otros: se emplea una serie
de parámetros que no son propios del cine, y son pocos los técnicos que los
utilizan y los realizadores que los usan con alguna creatividad.
Frente
a lo expuesto anteriormente, la obra de Mercado es ejemplar, pues atraviesa
estos nodos entre arte y las diversas tecnologías de manera trascendente. Esas
producciones son poco conocidas en el país, son materiales que no han tenido
una distribución coherente y que son políticamente molestos. Son obras que requieren
una lectura y una percepción diversas en cuanto a que presentan serias
dificultades para el consumidor audiovisual.
Es
dentro de esta temática y discurso
específico de cada medio y de sus relaciones de hibridez, [ los textos y los
medios fotoquímicos, electrónicos y digitales ] que se sitúa la obra de este
artista. Se está reflexionando sobre un
realizador que trabaja con máquinas, *cerebros sintéticos*, es decir, un arte
que sólo es posible a través de complejos aparatos de proceso audiovisual.
Trabajar con máquinas implica una determinación inevitable. Las máquinas, más
allá de toda esta nueva jerga expandida que maneja el digital desde hace unos
años, tienen, como bien lo refiere Vilém Flusser, un hardware y un programa,
una materialidad y una manera de funcionar. Dicha combinatoria es determinante:
todo lo que se haga con una máquina está pre_determinado a nivel formal y
discursivo. En el mundo pocos fabricantes se preocupan por el hecho de que sus
máquinas puedan emplearse en la producción artística o audiovisual[20]. Pero la
funcionalidad y los usos d_el (M)ercado están en un campo de variables junto a
toda predeterminación que produce todo aparato. La idea de originalidad ya está
elidida, pues toda posibilidad está inscripta en ese programa de la máquina.
Sin embargo, a pesar de que los
discursos de tales dispositivos están predeterminados, hay un punto de
intersección, una pequeña falla o una línea de fuga, a partir de los cuales, a
pesar de trabajar con máquinas que pre_determinan el discurso propio, existe la
posibilidad lograr obras de absoluta originalidad. Es lo que hacen los
artistas. Por tal motivo se hará referencia a creaciones de alto nivel expresivo
que determinan la historia de las artes, no sólo por lo que implica la obra
como tal, sino por la actitud de un artista que construye un proceso de
pensamiento como sólo ofrecen las obras audiovisuales trascendentes. Los videos
de Mercado tienden a ofrecer una lectura de
Argentina, compleja y profunda, algo que el cine raramente logra[21] y la televisión,
esporádicamente y por default.
Otra
constante en la obra de Mercado, es la importancia relativa que puede tener el
trabajo con la cámara, pues su obra no se basa únicamente en imágenes ópticas
dinámicas referenciales captadas delante del aparato de registro. Ese modelo
ideológico de representación de lo real en Mercado suele ser completamente
transfigurado. Los procesos de sus videos
no están centrados únicamente en una cámara, porque incluso puede
prescindir de la misma; su obra se constituye como meta maquínica a través de
procesos de construcción que vienen de la gráfica, del diseño y de la pintura en la etapa de
postproducción. Y esto se realiza según las tecnologías de las cuales dispone.
El hecho de armar un relato con personajes en un cuadro, ya sean actores o
personajes de la vida que ocurre frente a cámara, además de los efectos que
genera la perspectiva, siguen siendo las bases de toda ficción, bases con las
que se construye la ilusión documental o argumental. MerK2 va por la *antí_Tesis*,
porque precisamente ¿no? ( ) hay un
registro de base: todo es resultado de un proceso plástico de la imagen y el sonido a
partir de lo cual, durante procesos de semanas, meses, e inclusive años produce
diferentes versiones, que son el resultado de cinco, seis o siete años de
trabajo. Es el caso de su video El Capital, del cual existen no sólo varias versiones, sino también performances. ¿Y
esto por qué? [ X, Y, Z ] Porque hay todo un
proceso de _dIS/LOCACIÓn_ que únicamente puede conseguirse a través de la
electrónica, fundamentalmente a través del computador, => códigos binarios
<= y que proviene de interminables manipulaciones desde las cuales se logra
una New_Forma en un <TeKh_no_Lógico _ nuevo
orden> donde no existe más la idea de Master_Original. En Mercado las
estéticas se logran al forzar los usos tradicionales de los aparatos (MEDIOS)
*textos* [para la construcción de esta Forma EX_trañamente *discursiva*] y los
programas empleados MANI_pula2 en
extremo.
Con La región del
tormento (1992) se
puede iniciar el recorrido en el uso de los
medios a partir de la manera en que Mercado opera con ellos. Esta obra, de 8
minutos de duración, es resultado de un proceso artesanal, que construye una estética sobre la base de las
posibilidades de la composición artificial del espacio de un cuadro. La
implicancia en el uso de esas máquinas, para el caso argentino, condicionaba
ciertas cuestiones que hacían no sólo a su operación. Se necesitaba un
operador, pero, aun sabiendo manejar esos equipamientos de gran porte, eran muy
raros los casos de autores que fuesen propietarios de ese tipo de equipamiento[22]. Habitualmente se contrataban los servicios en alguna productora, la
cual facturaba el tiempo de utilización tanto como los servicios del operador.
Lo económico era un factor condicionante: resultaba muy caro editar y, por lo
tanto, la cantidad de horas se relacionaba con el dinero pautado. Estos
factores determinaban la intermediación de un operador para trabajar con
máquinas desde un lugar no tradicional de experimentación.
En
La
región del tormento la manipulación plástica, sonora y visual se
presenta como resultado de una expresión material electrónica la cual se
estructura desde el uso de grabados,
dibujos y una serie iconográfica que va desde el papel moneda a periódicos,
estampitas y radiografías. Estos materiales son organizados en un discurso
subjetivo * una radiografía_ Bio=Percepción del interior de la Argentina_ *
cuya estructura no lineal plantea la posibilidad de narrar *la construcción de
una memoria* . Este trabajo ofrece < desde
la manipulación formal de las imágenes y
el diseño gráfico trabajado al extremo, a través de efectos electrónicos
combinados que cargan de sentido la iconografía utilizada > una reformulación de símbolos que van desde lo
que podría ser la personalidad del argentino hasta la universalidad misma que
refiere una radiografía del cuerpo humano. Argentina será contada desde su
interioridad a través de la percepción OSEA de Mercado.
Los
largos procesos de post_producción fueron realizados en equipos analógicos, donde
los materiales se combinaron mediante una expansión del montaje cinematográfico
y en su símil del momento, la edición electrónica en video. Mercado recurrió a
esta posibilidad a pesar de que los equipos disponibles a principios de los
años ´90 eran precarios y sólo soportaban una determinada cantidad de capas y
grabaciones, pues la calidad de la imagen rápidamente se deterioraba. Esta
limitación para trabajar una estética ya clara, en lo que era un montaje
espacial, implicaba elecciones que tomaba el mismo realizador como diseñador de
un complejo cuadro dinámico en permanente movimiento. El concepto de edición electrónica quedó
ampliado en la manipulación gráfica de la imagen, a través de un método que
evita el registro de cámara como lugar de máxima significación. El referente es
creado por la máquina semiótica, *máquina _((( radio )))_ gráfica* al
distanciarse de la posibilidad de captar
imágenes de esa realidad dinámica que ocurre frente a la cámara. Es decir, la
antítesis de la forma que trabaja el cine y la manera como esta forma se
expandió miméticamente al video. Este esquema, puramente económico e
ideológico, tiene su secuencia en las formas del guión, en el plan de filmación
y en el montaje, además de responder a un modo de pensar la organización, la
producción y el gasto de dinero. Tal esquema generó un lenguaje uniforme al
cual solamente el cine experimental y las vanguardias se enfrentaron.
La Región del Tormento,fue trabajado en el antiguo formato profesional de video, de ¾
pulgadas, el U-matic, con el que muchos pretendieron en su momento hacer cine
en video. Mercado, por el contrario, plantea un
trabajo de enrarecimiento sobre lo que vemos y escuchamos. Cabe destacar
el manejo del sonido _No Sincrónico_ cuya puesta en escena <en_rarece> a
su vez las posibilidades mismas del video, el cual, a diferencia de la película fílmica es
registrado en el mismo soporte magnético que la imagen. La originalidad máxima
está lograda en lo que es transfigurado, es decir en las maneras en que lo
figurativo _imágen y sonido_ es convertido también en imagen háptica;
abstracción que se convierte en la forma más punzante de lectura de una Argentina
Fragmentada y Perversa, <<<*_como yo_*>>>, algo que pocas
obras han podido lograr en estos últimos años. En esta obra, Mercado presenta
un punto de vista político que el cine argentino procesa desde una
superficialidad e ingenuidad diferente, algo que en El borde de la lluvia ya es trabajado como una elegía argentina.
El borde de la
lluvia (1995) es una obra de
mayor duración, en la cual recurre al trabajo con material de archivo donado
por sus familiares. Esta obra cargada de Ironía plantea una lectura
absolutamente pesimista y misógina sobre Argentina. La manipulación temporal de
las imágenes <como los partos en reversa> así como también la composición
plástica del cuadro, ofrecen otro testimonio más de su estilo híbrido y
grotesco al crear una metáfora de Argentina como si fuese una Mujer. La presencia del emblemático
Maradona transmite la lectura de un país soportado sobre partidos de futbol,
así como la problemática latente de los torturados políticos y las personas que
desaparecieron misteriosamente durante
los períodos dictatoriales.
The
Warm Place (1998) marca otro momento significativo en la
obra de Mercado, pues es el primer trabajo que el realizador hace con un
computador personal, en un ámbito privado, y ya sin recurrir a un estudio de
postproducción[23].Mercado,
que extiende a períodos indefinidos la realización de un video, cuestiona la
noción de obra finalizada, no solamente por trabajar con una prótesis numérica,
sino por pretender no dejar nunca una obra como acabada, al brindarse a sí
mismo la posibilidad de volver sobre
ella. En las obras de Mercado se pueden identificar extensos tiempos de
manipulación y pensamiento. Esas máquinas en aquel momento, ante ciertas
órdenes de manipulación compleja, requerían una cantidad de tiempo determinado
para realizar los cálculos matemáticos complejos, mediante el render, es decir suponían un
procesamiento que no se realizaba de manera instantánea. A fines de la década
de los 90, debido a que posee ese ordenador del cual también es operador, es
posible un autor que trabaja durante meses y años, solo con su máquina. El
artista ya no tiene problemas económicos para producir materialmente sus
trabajos, aunque sí para subsistir.
The Warm Place es otro documento
intenso y visceral que continúa esta búsqueda de una expresión no figurativa, basada
ahora en la hibridez de lo pictórico, lo electrónico y los procesos de
manipulación matemático/digital. En la serie de trabajos realizados con el
video analógico, Mercado había excedido algunos de los límites de una
tecnología pensada para otros usos, a partir de la ruptura del cuadro realista,
de la no inclusión de personajes dentro de él, del uso de materiales de archivo
procesados y de la fragmentación de las convenciones de la asociación literal
entre sonido e imagen. Así es como The Warm Place señala otro punto de inflexión en el trabajo de Mercado, ahora por la
combinación creativa entre video y multimedia, que exacerba la estructura de
composición del cuadro. A pesar de que siempre está la vieja ventana de dos
dimensiones, su interior es manipulado al extremo a través de diversos
programas que crean una variedad muy amplia de capas, en un eje horizontal y
vertical, con la imagen y el sonido. Aquí ya encontramos un metadiscurso sobre
el uso de cierto hardware y software. Con estos dispositivos se
pueden establecer algunos parámetros en el proceso estético de la imagen y el
sonido que siempre transforma cualquier imagen óptica dinámica realista de
cámara o archivo. Esos recorridos por el cuerpo, la muerte, el deseo y la
locura se van construyendo en un largo work
in progress que rompe los cánones tradicionales de la linealidad, de las relaciones espacio-tiempo
tradicionales entre tomas; pero que también emplea una gama de recursos,
convertidos en cliché, incluso por el video arte como tal. Por ejemplo, el uso
del ralenti. Las transiciones que usa
Mercado ponen en cuestión la misma noción de corte, evitando esa eterna marca
del aparato en el código audiovisual. Rompiendo estos mandamientos se proponen
relaciones más complejas entre las partes, las cuales exceden el cuadro y la
toma, como unidades de sentido.
Es
necesario hacer referencia a otra concepción, al montaje interno vertical que
en verdad funciona como un montaje espacial dentro del cuadro. Este montaje
logra una construcción de espacio compuesto de muchas imágenes superpuestas en
combinatorias que solo existen por ese proceso de manipulación algorítmica. Lo
esencial de esta interminable manipulación numérica es que, desde la
perspectiva intransigente y experimental aplicada a ese largo proceso de
manipulación digital, se determina la forma final de la obra la cual en verdad,
para Mercado, nunca está terminada. De ahí este nuevo trabajo de escritura que
surge de procesos muy dolorosos y solitarios de creación, para lograr un
trabajo siempre abierto e inconcluso.
Esta obra plantea otro trayecto en la
búsqueda de discursos basados en texturas complejas resultantes, para poner en
escena mecanismos retóricos del horror logrados por la manipulación de imágenes
electrónicas que terminan en propuestas no figurativas. El antiguo concepto de
edición ya fue reconvertido en un proceso in extremis que nunca tiene
fin como camino de un nuevo concepto de post producción o puesta en escena
audiovisual. Si bien esta idea subyacía en las obras anteriores, cuando Mercado
cuestionaba lo que implicaba la noción de texto videográfico lineal, a partir
de esta obra aparece una impronta diversa e intensa desde la inclusión del
computador como máquina de proceso audiovisual.
Así es como Mercado varía su propuesta en la búsqueda de resultantes que ya
sólo se pueden derivar del uso de procesadores de datos digitales. Comparar
esta búsqueda con aquel montaje simulado por la edición electrónica tradicional
de video es muy significativo porque Mercado, luego de Las nubes (1992),
ya no practica el corte entre las partes de imágenes y sonidos. Los que produce
son trabajos que se basan en la premisa expresiva de la puesta en escena de
capas superpuestas. Aparecen imágenes sobre imágenes, pero en una relación
causal y expresiva que transforma la construcción del espacio audiovisual.
El
parámetro de la profundidad de campo, cuya génesis estaba en un registro de
cámara, desaparece por el proceso de recomposición de planos a partir de su
combinación en capas o layers. Esta
estética de la superposición invierte la puesta en escena horizontal de la toma
y el corte en una serie definida y finita por la de una imagen sobre imagen, layer sobre layer, en un proceso interminable. The
Warm Place es, a pesar de su apariencia bidimensional, un trabajo en relieve que
resulta de la estética descripta. Esto en cine –y en video también– ya es
realizable, a través de los mismos
procesos digitales, pero prácticamente no es utilizado[24]. Este proceso llama la
atención porque testimonia las maneras en que Mercado se apropia, fagocita y
transforma los usos de las máquinas. Primero fue la máquina video; ahora es un
computador personal.
La
versión de El Capital (2003)
es una obra que surge de un procesamiento en máquinas digitales de alto porte y
con programas muy sofisticados. Varias partes fueron hechas en diversos
espacios de producción en Alemania y Francia, básicamente en la Escuela de
Artes y Medios de Colonia, y el CICV, Centre de Recherche Pierre Schaefer. El
proyecto obtuvo también diversas becas y reconocimientos que permitieron a
Mercado llevar a cabo todo el proceso[25].Mercado
trabajó con máquinas y programas que normalmente son destinadas para la
publicidad, las cuales suelen tener costos muy onerosos. Cabe referirse al software
Flint que, diseñado para el mercado
audiovisual, junto a los programas Maya e Inferno, era lo que toda productora comercial debía ofrecer a sus
clientes. Son programas de decenas de miles de dólares, concebidos para una
estética comercial y que, en manos de Mercado, están al servicio de un universo
y un imaginario visual absolutamente inéditos. Con estos recursos, el
realizador crea otra geografía visual con nuevas figuras resultados de
inscripciones de un nuevo pensamiento morfológico. La de Mercado es una
búsqueda poco frecuente y podría remitirnos a intentos como los de J. Pollock o
V. Kandinski. Esta es otra instancia que aparece con equipos que procesan en
tiempo real órdenes complejas de imágenes, donde ya se tiene una relación más inmediata
con los presets pensados para la
factura de productos destinados a la venta de productos y para el espectáculo.
El
Capital es precisamente la obra que marca el lugar
definitivo de la presencia del ordenador en una saga, siempre inconclusa, la
cual hace que Mercado vuelva a ella durante una década, incluso descartando
partes para volver siempre a comenzar nuevas versiones. La propuesta de El Capital,
proyecto que existía antes de saber que podía desarrollarlo con tecnología tan
sofisticada, continuaba su intento de recorrer diferentes cuestiones
fundamentales inherentes a la representación audiovisual. Este proceso de
creación límite pone permanentemente en escena cuestiones fundamentales
inherentes a la tecnología, a los discursos posibles de construir con los
medios audiovisuales y a las maneras de como percibir diferentes mensajes que
ponen en juego mecanismos de la visión, de la escucha y de procesos de la mente
humana. La obra de Marx conduce a la esencia de plantear una asociación entre
el ordenador, los procesos de simulación textual y de pureza matemática de un
discurso sobre el mundo, la economía política y el inconsciente. Este trabajo
de Mercado ofrece un cambio radical pues muestra en su esencia la
representación audiovisual en una visión donde el concepto de representación es el
lugar apto como posibilidad discursiva del todo, ya sea en la máquina
audiovisual, en este caso el computador, o en la propia mente.
Mercado
venía operando en estas obras referidas con
diferentes soportes y con diferentes materiales de origen. En la mayor parte de
los 17´ minutos de esta versión de El Capital hay únicamente imágenes generadas por el ordenador. Toda una serie de pura abstracción, excepto
los textos y las fórmulas escritas. Sin embargo, la obra termina con una serie de fotos de una crudeza
extrema, donde no hay ningún tipo de manipulación. Son fotos de cadáveres,
cuerpos lacerados por acciones violentas. Mercado emplea
la eterna imagen fotográfica como testimonio de lo vivo que culmina la serie de
imágenes numéricas no figurativas.
Estas
variables en los procesos de trabajo de Mercado plantean una reflexión sobre lo que puede ser la mezcla de soportes y lo
que puede hacer un artista, en medio de tanta novedad y cambios tecnológicos. En
un momento de tanta convulsión a nivel audiovisual y a nivel operativo, no
surgen demasiadas alternativas frente a tales modificaciones en la oferta de
máquinas audiovisuales. La fagocitación del cine que el video produjo en
determinados procesos y la que operó el digital sobre los medios anteriores, forman
parte de una situación nueva, pero al mismo tiempo, esta se reitera en la
historia de los medios. Este cambio
tecnológico, el cambio de hemisferio y continente, el cambio de instituciones y
países que Mercado ha ido recorriendo marcan una trayectoria por diferentes
configuraciones de máquinas, por diferentes ordenadores, por diferentes
programas. Tal situación lo convierte en uno de los pocos realizadores que deja
en todos los ámbitos una fuerte impronta personal. Los orígenes de ese trayecto
están en las primeras obras que el realizador produce en Córdoba. Aunque
generalmente ocurre lo contrario, Mercado deja siempre las huellas de sus pasos
artísticos. La saga del espectáculo uniformizado que ofrece el cine de 90´ de
multisala y la televisión, es por antonomasia un audiovisual sin marcas de
realización. Cambian los realizadores, cambian los directores, cambia la
programación, y el público no lo registra, pues básicamente todos hacen lo
mismo. Son productos seriales, uniformes, en donde no hay marcas de ningún tipo
de originalidad que implique romper con ese lenguaje absolutamente parejo y
único, que es el lenguaje de los medios que se consumen masivamente.
La
utilización de la obra homónima de Carlos Marx en El
Capital, es un proceso en el cual Mercado sigue
escribiendo con búsquedas que actualmente se sitúan en el campo del bioarte, al
plantear manipulaciones orgánicas y digitales. En una de estas acciones.
Mercado hace que el objeto/libro de El Capital sea devorado por lombrices de California, notables por producir un
humus muy bueno. Esa acción es parte de un proceso conceptualmente valioso: la
obra de Marx es convertida en materia fecal, sustancia que luego se vuelve
materia viva al integrarse como abono con su entorno biológico. Un texto clave
de la historia de las ideas, que desarma mecanismos de control y dominio del
poder y que, a su vez, abonó las ideas de generaciones de intelectuales en todo
el mundo en sinapsis notables y frenéticas se convierte en abono para plantas.
Así, Mercado tiene también una serie de intervenciones con ; El Capital
al más puro estilo Duchamp, saca fotos de mingitorios con el libro de Marx en
los lugares más insólitos y prosaicos. El trabajo con El Capital de Marx ya no es un
pensamiento racional de lectura, que podría abordarse desde una perspectiva
filosófica o económica, entre otras, sino que se convierte en intervenciones
artísticas que desacralizan ese libro sagrado de la historia de las ideas y de
los números. Varios esperaban encontrar concretizado el sueño de Eisenstein y
Antonioni, quienes en su momento, se
habían planteado llevar al cine El Capital. Lo de Mercado tiende más a un trabajo performático que no lleva a una
lectura directamente analítica, sino más bien conceptual, que no sólo es
política sino también subversiva en países tan dedicados en su historia a
combatir las ideas subversivas, como es el caso de Alemania y Argentina. En el
caso de Argentina, afortunadamente para el sistema, ya no hay más protestas ni
revoluciones que reclamen que se retiren todos los políticos de sus labores
públicas, quizás debido a que seguimos exactamente con los mismos políticos, el
mismo partido y con el mismo programa económico aplicado en los años ´90 en el
poder. Para que la gente logre un estado de tamaña estupidez e inofensiva
inmovilidad, las artes y los medios cumplen con su función absolutamente
relevante, no solamente respecto de los
contenidos, sino respecto de lo que ofrecen como trabajo de creación.
Otro
de sus trabajos más recientes es la obra Biographie
(2005), en la cual, durante solo tres minutos logra
ofrecer un autoretrato de gran densidad
narrativa para sintetizar su capacidad performática, su trabajo con el digital,
el bio arte y sobre todo, la invención de su propio lenguaje que se transforma
en una metáfora de la creación de su propio estilo audiovisual. En este sentido,
ya Mercado no recurre a la 3ra persona narrativa sino se cuenta a sí mismo en
video exponiendo no solo su cuerpo en imágenes sino también el espacio donde crea sus obras. En este video recurre
a imágenes sintéticas creadas a partir de animaciones digitales, además de
recurrir a los registros con la cámara. Estos están organizados en función de contar su visión
cronológica de su historia, para dar cuenta de una forma particular de
pensamiento y de cómo se concibe su visión de argentina desde su vida en las
afueras de Colonia. Las referencias su estilo de alimentación dan cuenta de su
propia interioridad corporal la cual se muestra además con la manipulación de
circuitos y tubos de ensayos que dan cuenta de su interés por el sincretismo
entre las tecnologías artificiales y los procesos biológicos. Otra cuestión
interesante de esta obra el trabajo con su propio idioma denominado _El XAD.06._ con el cual, el
realizador logra abstraer su pensamiento complejo mediante el hermetismo que
permite la formulación de su subjetividad. Este idioma no tiene organización
lógica ni tampoco se fundamenta en una construcción gramatical. Por
consiguiente solo puede ser comprendido por él mismo, quien además lo creó para
borrar el propio pensamiento.
Biographie coloca a Mercado
desde otra perspectiva, ya que una película auto referencial, tiene que ver precisamente
con la auto-puesta en escena o presencia en imagen del cuerpo del *realizador-
autor- actor - cámara* de la obra. Aquí
vale la pena mencionar al pensador Raymond Bellour, quien a partir del estudio
de diferentes lenguajes artísticos como el texto literario, las artes plásticas
y las formas audiovisuales, establece en su texto Auto retratos[26], tres
puntos fundamentales para reconocer una película auto biográfica, los cuales
serían: 1.el valor de autor, 2.el valor de identidad, y 3. el valor de obra
autónoma, cuyo personaje, narrador, realizador y camarógrafo serían uno solo. Partiendo de esta premisa, la obra Biographie
de Mercado se configura como una apuesta narrativa que da cuenta de este modelo meta_maquínico que se aprecia en el
transcurso de sus obras. Este relato, autónomo en sí mismo, que además también
posee marcas en su propio idioma, representa un punto de inflexión en su creación
ya que es la primera vez que Mercado se introduce como personaje protagonista de
su relato, no únicamente desde la Performance, sino en una obra compleja que da
cuenta de su visión sobre los procesos de descomposición de la imagen y el
montaje vertical en sus trabajos.
Además, la inclusión de Mercado como personaje lo distancia del proceso de enunciación
audiovisual desde la tercera persona que había trabajado en otras obras.
La
obra de Mercado requiere de un espectador sensible, dispuesto a sufrir procesos
complejos entre la retina, los nervios, el cerebro, su historia, su propio
background personal. Son obras difíciles de ver, donde no hay nada que
entender, pero precisamente por eso ubican a la audiencia en otro lugar de
visión y escucha.
Algunas conclusiones
La
obra de Mercado busca otra escucha y una mirada, que no solamente tiene que ver
con una percepción que requiere otro compromiso que la aleja del consumo del
espectáculo. El desafío es concebir procesos de percepción, análisis y estudio,
de obras complejas y diversas que están forzando los límites de las
posibilidades del lenguaje audiovisual los que apelan a una adrenalina del
pensamiento y a un interés sensorial particulares. Tal recepción debe
producirse en el fragor de una sociedad y una cultura en crisis. La obra de
Mercado en el panorama argentino y alemán, funciona como una isla. Respecto de
la cuestión de considerar la utilización de programas propios de trabajo con el
computador puede que sea un paso interesante pues, de hecho, varios artistas se
están planteando desde hace tiempo tal posibilidad. El empleo de software
comercial podría verse como una contradicción. No obstante, aunque Mercado
recurre a él, siempre subvierte sus usos, conceptos y presets, destruyendo los modelos pensados y la finalidad, para la
cual fue ideado. Este tema fundamental tiene que ver con la programación, el
conocimiento científico y el manejo tecnológico. La cuestión de los softwares libres es una cuestión
ideológica en que lo posible sería trabajar con programas creados por el mismo
artista, o por equipos multidisciplinarios que responden en su diseño a las
búsquedas expresivas que estos planteen. Una serie de escuelas de arte y
audiovisuales proponen una currícula que favorece un pensamiento matemático
para lógica y operativas de la programación y de la ingeniería de sistemas
pensados para artistas que trabajen en los procesos de construcción de máquinas
y de programación en programas que unen arte, ciencia y tecnología[27]. Muchos plantean en esta línea que la creación de software es una
labor artística.[28]
Casi toda la obra video de Marcello Mercado
no recurre a figuras humanas ni a registros ópticos dinámicos captados frente a
cámara. Lo no dicho como texto se combina con lo no trabajado como
referencialidad en algo que es pura manipulación del aparato
electrónico/digital. Este aspecto de reconstrucción audiovisual de un espacio
es un rechazo al arte del índex[29] de lo audiovisual
fotoquímico y electrónico, una constante en su obra. Ese meticuloso armado
artesanal de múltiples fragmentos gráficos en el transcurso del tiempo
constituye las partes de un todo, las cuales funcionan como lexías en un
proceso de fuga de lo figurativo que se concreta en el proceso de postproducción.
Grabados, gráficos, máscaras, sobreimpresiones, textos con animaciones de
imágenes fijas crean, desde lo abstracto, una obra de profunda ruptura con las
formas de los sistemas de representación. La
obra de Mercado es testimonio de ciertos extremos discursivos, y expresivos, a
los cuales ha podido llegar el video. Las producciones de este creador marcan
hitos de una expresión artística admirable por poseer en sí mismas la ética de
un autor con respecto a su existencia y frente al contexto al que sobrevive. Es
en esta función del arte que se fuerza al aparato audiovisual a hacer lo que no
está inscripto en su programa ni en el sistema de representación, es decir un
accionar que conquista nuevos espacios de independencia creativa, un valor en desuso
en el audiovisual del momento.
Anabel
Márquez y Jorge La Ferla
[1] Para
tener un detalle de la obra de Mercado ver www.marcello-mercado.de / y también http://www.khm.de/%7Emarcello/html/new.html
[2] No
sólo del audiovisual, sino del ARTE ARGENTINO como concepto.
[3]
Mercado reside en Alemania desde fines de los años noventa. Ha obtenido
diversas becas y premios, entre los cuales pueden mencionarse los de las
fundaciones Antorchas/Lampadia, Rockefeller/Mc Arthur. Ha sido seleccionado en
los festivales más importantes del mundo, como el New York Film Festival, Lincoln Center 2004. Logró el primer premio en la competición de Videobrasil, San Pablo, 1998.
[4] Cabe
destacar la Inn ter_nación_alidad que implica estudiar esta obra. Narrador de Afuera _Narrador de Ad _entró. INTERNACION= Yo- Inter_Nado = Inter@nado.
[5] Así
como este texto al que se enfrenta Ud. atento lector.
[6](Fragmento)
=> Me están invitando para ir a comer pulpo asado a un
restaurant griego. A mí me gusta mucho. Es muy rico si lo comés tomando anís.
to
|
MarKás _<anapats@gmail.com>
|
|
||||
date
|
Jul
2, 2007 3:22 PM
|
|
||||
subject
|
Re:
sobre Bio y otros
|
|
||||
mailed-by
|
<m_2@gmx.de>
|
[7]Ver “Una memoria del video en Argentina”,
Buenos Aires Video, Carlos Trilnick y
Graciela Taquini, Buenos Aires Video, ICI de Buenos Aires, 1993; Buenos
Aires Video X. Diez años de Video en Argentina, ICI-AECI, Rodrigo Alonso y
Graciela Taquini, Centro Cultural de España, Buenos Aires, 1999.
[8] Douglas Davis llamó al video
arte “ese término odioso”. El término cientificista y modernista de experimentación
habría de entenderse en el contexto de los años sesenta como una respuesta
furibunda y política.Ver “El video:
adiós al momento utópico”, en Martha Rossler, Los Usos de la Imagen.
Fotografía, film y video en la Colección Jumex, La colección Jumex; Espacio
Fundación Telefónica, MALBA-Colección Constantini, Buenos Aires, 2004.
Re:
sobre Bio y otros
|
Larga historia familiar que me colocaba afuera del
país. En mi pueblo se consulta/aba mucho esas otras realidades paralelas
a través de videntes etc. Todas las consultas me colocaban fuera del
país. Incluso las amigas de mi madre sobre el ataúd de ella me dijeron :
-Andate. Viaja al “exterior” (SIC) Jul 2, 2007 3:22 PM.
mailed-by
|
<m_2@gmx.de>
|
[10]
Machado, Arlindo, A Arte do Video,
Ed. Brasiliense, San Pablo, 1988; “Para una estética de la Imagen Video, Dubois
Philippe, Video, Cine, Godard, Libros
del Rojas, Universidad de Buenos Aires, 2001.
[11] Ver
“Arqueología de la composición: el video” en El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era
digital, Lev Manovich, Paidós, Buenos Aires, 2006.
[12] Quizás la empresa
de origen francés Aäton fue en su momento el último lugar de resistencia
empresarial artesanal en un mercado monopolizado por las empresas
multinacionales. Ver “Construire politiquement. L'Age Moderne du
Cinéma Français De la Nouvelle Vague à nos jours”, Jean-Michel Frodon.
http://www.aaton.com/about/history_fr.php
[13] Baudry, Jean-Louis, Cine: los
efectos ideológicos producidos por el aparato de base, Revistra LENGUAjes,
Nueva visón, Buenos Aires, 1974; Comolli, Jean-Louis, Filmar para ver. Escritos de teoría y crítica de cine, Jean-Louis
Comolli, Editorial Simurg/Cátedra La Ferla-U.B.A., Universidad de Buenos Aires,
2002
[14] Hacia una filosofía de la fotografía, Vilém Flusser, Ed. Trillas,
México, 2000, Una filosofía de la fotografía, Vilém Flusser, Editorial
Síntesis, Madrid, 2001
[15] Comprender los medios de comunicación. Las Extensiones del ser humano,
Marshall Mc Luhan, Paidós, Barcelona, 1994.
[16]
“Máquinas de Pensar”, Rejane Cantoni, El
medio es el Diseño Audiovisual, Universidad de Caldas, Manizales, 2007.
[17]
“Cómo se volvieron nuevos los nuevos medios”, en Manovich Lev, ob. cit.
[19] Zielinski, Siegfried, Deep Time of the
Media. Towards an Archaeology of Hearing and Seeing by Tehcnical Means, MIT
Press, Cambridge, Mass, 2005.
[20] Debemos citar aquella experiencia del artista Bill Viola que realiza a
principios de los años 80, una residencia de trabajo en Atsugi, laboratorios de
investigación de Sony en Japón. “Bill Viola, la chase et l´ordinateur”, Stephen Sarrazin, Art Press,
Nro. Spécial, 12, París, 1991.
[21]
Admirable es la obra en este sentido de Lucrecia Martel y Lisandro Alonso.
[22]
Podemos citar el caso de Fabián Hofman y Eduardo Yedlin, quienes combinaban a
inicios de los 90 su obra audiovisual en su empresa de postproducción, pero es
prácticamente un caso único en Argentina.
[23]
Podemos recordar la famosa boutade de
Andy Warhol cuando, durante los 80, promocionó los modelos Amiga de Commodore diciendo
que esas máquinas pintaban como él.
[24] La
obra de Peter Greenaway en este sentido también es ruptural y fascinante, y la
serie The Lupper Tulse Suitcases es
excepcional por este manejo del cuadro y la narración sobre la base de imágenes
múltiples simultáneas.
[26] Bellour, Raymond; Capítulo
“Autorretratos” en Entre-Imagens.
Foto, Cinema, Papirus Editora,
Campinas-SP, 1997.
[27] El artista Ben Fry gana en 2006 una de las becas de la Fundación
Rockefeller para nuevos medios, con la propuesta de diseñar un software open source para uso exclusivo
de artistas audiovisuales es decir trabajar con el concepto del artista en
control de las herramientas que usa. http://benfry.com/isometricblocks/
[28]
Sobre este tema, ver también: Barragán, Hernando. “Software ¿es arte?”, en
Burbano, A. y Barragán, H. Hipercubo/ok
Arte, ciencia y tecnología en contextos próximos. Bogotá. Universidad de
los Andes e Instituto Goethe., 2002.
No hay comentarios:
Publicar un comentario