lunes, 8 de octubre de 2012

Sobre Marcello Mercado y los Medios Audiovisuales


Sobre algunas cuestiones alrededor de la obra de Marcello Mercado y los Medios Audiovisuales
                                                         
>>> Detenerse _____________  en las creaciones del realizador argentino Marcello Mercado[1], no debe parecer una extrañeza: su obra implica  >otra<  propuesta frente a la vidriera del espectáculo mediático + focalizado en la exhibición y venta de productos +  Además, genera un pensamiento sobre el complejo ^universo^ del audio_visual. Este  @campo@  *oh_puesto* a la Pro_ducción Come_(rrrr)_cial, ofrece un material Pura_Mente   experimental y abre un DESAFÍO de pensamiento.

¿Acaso si cambia el siglo no cambia la manera de contar?  números / cuentos


En el rubro de los medios,  los especialistas que aparentemente se oponen al cine comercial, centran su discurso en la crítica de ese sistema de espectáculo, más que en el estudio de las obras que se enfrentan a esa uniformidad audiovisual. Es dentro de esta aparente paradoja, que puede ser relevante pensar la obra de Marcello Mercado.



* Cada vez es más frecuente que las películas se registren en video digital. << Tema tabú es el de considerar estas TeKh_no_logías  no foto*químicas, como cine “porque se desconoce su esencia” o se niega el hecho trau^_mático de que ya no se está rodando en fílmico o editando en una moviola_ola_ola >>  Una de las problemáticas que circundan al cine argentino y al audiovisual es que mantienen una relación conflictiva con el tema del uso de las máquinas audiovisuales, *_máquinas cerebrales_*. Esto *NOS* focaliza en el tema = rastrear obras originales y procesos artísticos a través de la MANI_Pulación de Máquinas semi-ó(p)_ticas audiovisuales, < lo cual implica mod_(if) y car*  el proceso de escritura.

La  @obra@  de Mercado, es un ¿objeto? de estudio Inn_evitable < _porque  no tienen mercado sus experimentaciones inéditas > en el campo del audiovisual argentino. Este Real_Izador  comprometido ultranza en = trayectos = de investigación narrativa y expresiva, ha logrado obras excepcionales. Marcello Mercado => señala un camino => (frente al cual, el cine argentino está cada vez más / pérdido /, a pesar de la gran cantidad de producciones que se generan anualmente) => es la Ín_Nova_ción Estética. Mercado ES parte *Importante* de una historia (de)tras=>As_cendente del “audiovisual”[2] en  *Argentina.[3]

En diversos eventos, afuera (ad_entró) *Nació_Nales* e <Inn_Ternacionales>[4], Mercado también Real_Iza  *Acciones y Per_formances* Art_(ís)_Ticas donde _<Pone>_ su cuerpo y su Voz. En esas EX_posT y Siones,   se pre_senta frente a su propia    @obra@    a través de la elaboración de   EL_Ocuentes    Pre_senta  =>  ciones en las que refiere ¿quién es?  un ReeL _ A(c)to de su Storia y MEDIA_ANTE_  La PER>For_Man_Sé  _  La guerra_ *Art_(ís)tica  desde  Res_is(t)encia, Chaco;  hasta su ACT_Cualidad, en las >afueras<  de la ciudad de Colonia.  

Estas alocuciones _Meta_Di(s)cursivas se Art_y*culan con su obra artística, *interpretación HIPER_Textual*. Acciones =>  vid_eos => óp_Eras => performances
 & @ &  Pro_Sesos  de <BIO_Arte>.

Ellos conforman un <Corpus Complejo>[5] y Par_ódico_ del Arte >>>>  ¿Sería = seria?  ¡_Reflexión sobre su @obra@ y su Ex_Is_Tend_end_CIA! =>existencia<=
Mercado pone en acción y en “Es_cena” todo un pen_E_samiento sobre el ArTé_ audiovisual => a partir de _SÍ_  y  su dedicación ex_INN_clusiva  a los procesos de iN_vestigación tecnológica. ( Lo cual,  es una Rar => ¿eSa en el campo artístico? )  

Esas reflexiones se pueden pensar como lexías que remiten a un complejo universo de las artes audiovisuales, ¿Dónde está inmersa la figura de Mercado? Parte de ese _HiperTexto *lo constituye su @correspondencia_electrónica@[6] que se articula como un *verdadero manifiesto* < La obra de Mercado, particularmente su trabajo en video, es agresiva y compleja >

Por consiguiente  SOLICITA _Percepción Comprometida_ como aquellas que requieren las propuestas audiovisuales trascendentes que Con_vulSi….onan las relaciones: Pantalla/Espectador, Placer/Consumo, Diégesis/Identificación, Lectura/Escritura.

La obra de Marcello Mercado < cuyos trabajos   trascienden la entelequia de un contenido o un argumento >  desarrollan un  macro discurso sobre cómo construir arte con máquinas audiovisuales electrónicas y digitales.







Los inicios

>>> A principios de los años ´90  se empiezan a conocer los primeros videos de Mer_K_2,  _cuando ya se podía hablar de una > continuidad > en la producción de trabajos específicamente ORIGINALES  (dentro)  del video argentino_[7]. En ese momento, se recurría a las discutibles categorías de arte y creación para referirse a una serie serie serie serie de obras, que con el tiempo ….  fueron teniendo su propio  (               )  *espacio*  a través de muestras y festivales[8]. Estas [ X, Y, Z ] variables en lo audiovisual, producen confusiones; la más elocuente es:


El cambio en la denominación del antiguo Instituto Nacional de Cinematografía (I.N.C) por la de Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (I.N.C.A.A).


Sin embargo, a pesar de la modificación en el modo de designar al organismo estatal, nunca se definió lo que podría (             )  ser ese “arte audiovisual”, ni siquiera como un área expandida del cine hacia el fenómeno artístico y audiovisual; así como tampoco se alentó su producción. Pero al menos ya el video podía sentirse “nominalmente comprendido” en [Las Artes Audiovisuales]  por la Institu_Song Guberna_Mental. No es casualidad que Marcello Mercado, como  >otros<  destacados realizadores y artistas, resida en el exterior.[9]  Tal vez es necesario aclarar que bien avanzada la primera década del tercer milenio, ninguna otra arte audiovisual que no sea el cine, recibe ayuda del I.N.C.A.A

La compleja dificultad de  catalogar y estructurar la profusa producción de video argentino,  plantea un camino posible al proponer este recorrido: considerar una parte de la obra de Mercado, desde el punto de vista de sus relaciones de hibridez con los otros medios audiovisuales, particularmente el digital. [ así como algunas otras disgresiones]

Este es un tema crucial en un momento crítico del tercer milenio, debido a los cambios definitivos en la materialidad de los soportes tecnológicos. La hegemonía del aparato digital en todos los procesos productivos ha incentivado la homogeneización de ciertos parámetros en la discusión sobre los lenguajes y la producción expresiva videográfica. En este sentido, de las relaciones entre el video, la fotografía, el cine, la TV y el digital surgen nuevos procesos expresivos que se originan por su combinación creativa, sin dejar de lado el predominio de las narrativas no lineales, hipermediáticas e hipertextuales, las cuales  forman parte de este proceso  @ creativo @ por el cual se atraviesa en esta primera década. 

La obra de Marcello Mercado permite reflexionar sobre la combinación de soportes audiovisuales; por ser un autor cuya trayectoria a lo largo de los años ha desarrollado una intensa búsqueda con la imagen electrónica y diversas tecnologías. Su trabajo es una poética tecnológica manifestada como consecuencia de la combinatoria de diversos soportes y formatos; además de  presentarse a través de variadas realizaciones con un discurso profundo sobre las máquinas audiovisuales y sus usos artísticos.

Usos y desusos de las imágenes tecnológicas

La historia conceptual del pensamiento sobre las tecnologías audiovisuales se plantea desde la aparición de la fotografía y tal vez tuvo, al menos hasta el momento, su desarrollo más brillante cuando fue aplicada a los aparatos fotoquímicos. Las combinaciones entre medios, además,  generarían opciones de creación importantes, que en su momento eran pensadas desde un lugar específico del video experimental como estéticas propias del video[10] y luego en sus extensiones o influencias. Dichas combinaciones amplían sus alcances, tanto a la puesta en escena cinematográfica como al lenguaje de los nuevos medios[11]. Considerada bajo este aspecto, la obra de Marcello Mercado es muy rica en una vertiente que se  relaciona directamente con la fuente tecnológica que el realizador utiliza y manipula. Esta imaginería con los aparatos audiovisuales hizo que Mercado *Marke* sus propias incisiones tecnográficas a partir de sus usos del cine, el video, el digital y  las telecomunicaciones.

En este sentido, mediante las diversas tecnologías de las cuales se apropia  EL >Mercado<,  se desvirtúa  el inevitable determinismo que imponen los medios técnicos desde su especificidad material; incluso en estratos intocables como son las estrategias de puesta en escena, alrededor de lo que podría  presentarse como documental. = >>> Para comprender cómo fue posible el  actual desarrollo del video/de las artes visuales, es necesario intentar establecer una historia de los medios audiovisuales, sobre todo, respecto de lo que puede considerarse su especificidad material. Será oportuno detenerse particularmente en ese período tan importante que abarca desde el momento  que el hombre transforma su expresión visual del quehacer quirográfico y produce con sus manos, hasta el momento que el hombre llega a trabajar con máquinas complejas. Esto puede determinar cierta continuidad < desde la prehistoria de la fotografía hasta los computadores de nuevas generaciones >. Son doscientos años de historia, dentro de los cuales se pueden trazar como trayectos muy específicos la historia de la fotografía y del cine, desde la animación de los primeros artefactos que simulaban movimiento hasta ese momento en el siglo XIX que incorpora la fotografía; pero sin  olvidar que el cine, en todos esos aparatos que lo anteceden y lo continúan, forma parte de una historia discutible.

Ahora, la propuesta es referirse a efemérides muy conocidas: 1833, 1895, 1927, 1956, 1965, 1984 correspondientes a la aparición del daguerrotipo y del proyecto del motor analítico de Charles Babbage, la proyección en el café de París del aparato de los hermanos Lumière, el registro de la patente de la televisión en California, la aparición de la videograbación patentada por AMPEX y la presentación de Apple en el mercado, respectivamente. Son fechas importantes, pero sólo como marcas cronológicas e ideológicas que si bien determinan un punto de inflexión, todas ellas se inscriben en procesos más complejos y suponen desarrollos paralelos.

Durante el siglo XX, las aparición de esos aparatos ya tuvo que ver con lo corporativo, con máquinas que respondían a marcas precisas. El rol de los inventores fue reemplazado por técnicos e ingenieros empleados de empresas.[12] Aquella figura del  investigador que luego de pasar largos períodos de trabajo en su taller o laboratorio, presentaba un nuevo aparato en sociedad, no estaba directamente asociada a este nuevo pensamiento lucrativo. En este tercer milenio, una parte de los materiales y aparatos de marca utilizados, provienen de corporaciones cuyos royalties son de un alto valor material e ideológico, además de ser producidos en factorías alejadas de las naciones de procedencia. Por consiguiente, estas máquinas audiovisuales no son el producto de un conocimiento utópico, ni el resultado de un descubrimiento científico puro.

Esta visión de los medios es absolutamente importante si se pretende considerar a las máquinas audiovisuales, en su pureza y originalidad, como máquinas de arte; en las maneras que procesan imagen y sonido, y en los usos que esos aparatos pueden ofrecer manipulados creativamente por artistas. A partir de sus elementos materiales originales, se puede definir qué es el cine, al considerar la cámara, el proyector, el soporte de poliéster, la emulsión de las sales de plata y  las lentes, entre otros elementos. El cine es un aparato, cuya materialidad lo define en su esencia, y un dispositivo que habilita para hablar de discurso, de puesta en escena, de lenguaje, de ideología[13]. Pero, si se toma como punto de partida esta base, la tecnología es la que determina lo que pueden ser los medios audiovisuales desde un lugar específico y, para algunos autores, es la génesis para cualquier pensamiento acerca de los medios. Vilém Flusser[14] y Marshall McLuhan[15] hace ya varias décadas propusieron esta discusión, e incluso plantearon cuestiones específicas sobre la relación que un artista debe mantener con los aparatos que manipula.  Sin embargo, el tema ha sido soslayado por la mayoría de las disciplinas que se dedican al estudio de estos.

Para  focalizarse en las máquinas procesadoras de datos matemáticos, teóricos y artistas como Rejane Cantoni[16] y Lev Manovich[17] remiten a la historia del procesador de datos y al hombre haciendo cálculos a través de herramientas y máquinas. Esta historia fascinante de los medios, siempre ha convivido con un discurso teleológico que se mantiene desde hace exactamente 200 años, con la aparición de la fotografía.

Si cada medio nuevo se acompaña de la apología de la novedad absoluta y con la idea de proponer una tabla rasa respecto de los medios anteriores[18], se está frente a un discurso  coyuntural donde  el presente de cada aparato señala, a la vez, su futuro. Y este promisorio avenir lo *marca* algo, que viene a trazar un corte con todo lo anterior, cuando en realidad, podría ser exactamente al revés.  Los medios audiovisuales tecnológicos siempre retoman la historia del lenguaje y los sistemas semióticos de los medios anteriores. Este fragmento de la historia del hombre es comprendida por un área de estudios audiovisuales, que se presenta como una “Arqueología de escuchar y ver a través de medios técnicos”[19], como la denomina uno de los mayores expertos en el tema, Siegfried Zielinski, causalmente uno de los impulsores de la obra de Marcello Mercado.

Así, estas maneras de pensar los medios audiovisuales, que consideran la relación entre las obras y los usos de las máquinas, son importantes para considerar la obra de Marcello Mercado, la cual, como ya se ha dicho,  se puede analizar desde su manipulación de los diversos medios y formatos audiovisuales. Por un lado, está lo específico material de cada aparato audiovisual, en este caso  < el  video y la imagen electrónica, junto a la historia de los lenguajes y la puesta en escena >. Pero, además, es interesante considerar cómo se va imbricando la historia de un medio como el video, también el cine, en base a combinatorias con la imagen digital, cuando ya prácticamente no se puede  hablar más de medios puros.

El digital y el video suponen otros parámetros de valores cromáticos, de procesos de compresión y de Text_ura de la [imagen], así como la posibilidad de trabajar la composición en un montaje horizontal ( y vertical ) dentro de /cua[ ]dro/. Pero, cuando el digital y el video se utilizan primordialmente para simular el cine,  tal simulación por lo general resulta mal lograda * porque los colores no son nítidos * y la imagen no es fílmica. A estos factores se suman otros: se emplea una serie de parámetros que no son propios del cine, y son pocos los técnicos que los utilizan y los realizadores que los usan con alguna creatividad.

Frente a lo expuesto anteriormente, la obra de Mercado es ejemplar, pues atraviesa estos nodos entre arte y las diversas tecnologías de manera trascendente. Esas producciones son poco conocidas en el país, son materiales que no han tenido una distribución coherente y que son políticamente molestos. Son obras que requieren una lectura y una percepción diversas en cuanto a que presentan serias dificultades para el consumidor audiovisual.

Es dentro de esta temática y  discurso específico de cada medio y de sus relaciones de hibridez, [ los textos y los medios fotoquímicos, electrónicos y digitales ] que se sitúa la obra de este artista. Se está reflexionando sobre  un realizador que trabaja con máquinas, *cerebros sintéticos*, es decir, un arte que sólo es posible a través de complejos aparatos de proceso audiovisual. Trabajar con máquinas implica una determinación inevitable. Las máquinas, más allá de toda esta nueva jerga expandida que maneja el digital desde hace unos años, tienen, como bien lo refiere Vilém Flusser, un hardware y un programa, una materialidad y una manera de funcionar. Dicha combinatoria es determinante: todo lo que se haga con una máquina está pre_determinado a nivel formal y discursivo. En el mundo pocos fabricantes se preocupan por el hecho de que sus máquinas puedan emplearse en la producción artística o audiovisual[20]. Pero la funcionalidad y los usos d_el (M)ercado están en un campo de variables junto a toda predeterminación que produce todo aparato. La idea de originalidad ya está elidida, pues toda posibilidad está inscripta en ese programa de la máquina. Sin embargo, a pesar de que los discursos de tales dispositivos están predeterminados, hay un punto de intersección, una pequeña falla o una línea de fuga, a partir de los cuales, a pesar de trabajar con máquinas que pre_determinan el discurso propio, existe la posibilidad lograr obras de absoluta originalidad. Es lo que hacen los artistas. Por tal motivo se hará referencia a creaciones de alto nivel expresivo que determinan la historia de las artes, no sólo por lo que implica la obra como tal, sino por la actitud de un artista que construye un proceso de pensamiento como sólo ofrecen las obras audiovisuales trascendentes. Los videos de Mercado tienden a ofrecer una lectura de  Argentina, compleja y profunda, algo que el cine raramente logra[21] y la televisión, esporádicamente y por default.

Otra constante en la obra de Mercado, es la importancia relativa que puede tener el trabajo con la cámara, pues su obra no se basa únicamente en imágenes ópticas dinámicas referenciales captadas delante del aparato de registro. Ese modelo ideológico de representación de lo real en Mercado suele ser completamente transfigurado. Los procesos de sus videos  no están centrados únicamente en una cámara, porque incluso puede prescindir de la misma; su obra se constituye como meta maquínica a través de procesos de construcción que vienen de la gráfica, del diseño y de la pintura en la etapa de postproducción. Y esto se realiza según las tecnologías de las cuales dispone. El hecho de armar un relato con personajes en un cuadro, ya sean actores o personajes de la vida que ocurre frente a cámara, además de los efectos que genera la perspectiva, siguen siendo las bases de toda ficción, bases con las que se construye la ilusión documental o argumental. MerK2 va por la *antí_Tesis*, porque precisamente ¿no? (  ) hay un registro de base: todo es resultado de un proceso plástico de la imagen y el sonido a partir de lo cual, durante procesos de semanas, meses, e inclusive años produce diferentes versiones, que son el resultado de cinco, seis o siete años de trabajo. Es el caso de su video El Capital, del cual existen no sólo varias versiones, sino también performances. ¿Y esto por qué? [ X, Y, Z ] Porque hay todo un proceso de _dIS/LOCACIÓn_ que únicamente puede conseguirse a través de la electrónica, fundamentalmente a través del computador, => códigos binarios <= y que proviene de interminables manipulaciones desde las cuales se logra una New_Forma en un <TeKh_no_Lógico _ nuevo orden> donde no existe más la idea de Master_Original. En Mercado las estéticas se logran al forzar los usos tradicionales de los aparatos (MEDIOS) *textos* [para la construcción de esta Forma EX_trañamente *discursiva*] y los programas empleados MANI_pula2  en extremo.

Con La región del tormento (1992) se puede iniciar el recorrido en el uso de los medios a partir de la manera en que Mercado opera con ellos. Esta obra, de 8 minutos de duración, es resultado de un proceso artesanal, que  construye una estética sobre la base de las posibilidades de la composición artificial del espacio de un cuadro. La implicancia en el uso de esas máquinas, para el caso argentino, condicionaba ciertas cuestiones que hacían no sólo a su operación. Se necesitaba un operador, pero, aun sabiendo manejar esos equipamientos de gran porte, eran muy raros los casos de autores que fuesen propietarios de ese tipo de equipamiento[22]. Habitualmente se contrataban los servicios en alguna productora, la cual facturaba el tiempo de utilización tanto como los servicios del operador. Lo económico era un factor condicionante: resultaba muy caro editar y, por lo tanto, la cantidad de horas se relacionaba con el dinero pautado. Estos factores determinaban la intermediación de un operador para trabajar con máquinas desde un lugar no tradicional de experimentación.

En  La región del tormento la manipulación plástica, sonora y visual se presenta como resultado de una expresión material electrónica la cual se estructura desde el  uso de grabados, dibujos y una serie iconográfica que va desde el papel moneda a periódicos, estampitas y radiografías. Estos materiales son organizados en un discurso subjetivo * una radiografía_ Bio=Percepción del interior de la Argentina_ * cuya estructura no lineal plantea la posibilidad de narrar *la construcción de una memoria* . Este  trabajo ofrece < desde la  manipulación formal de las imágenes y el diseño gráfico trabajado al extremo, a través de efectos electrónicos combinados que cargan de sentido la iconografía utilizada >  una reformulación de símbolos que van desde lo que podría ser la personalidad del argentino hasta la universalidad misma que refiere una radiografía del cuerpo humano. Argentina será contada desde su interioridad a través de la percepción OSEA de Mercado.

Los largos procesos de post_producción fueron realizados en equipos analógicos, donde los materiales se combinaron mediante una expansión del montaje cinematográfico y en su símil del momento, la edición electrónica en video. Mercado recurrió a esta posibilidad a pesar de que los equipos disponibles a principios de los años ´90 eran precarios y sólo soportaban una determinada cantidad de capas y grabaciones, pues la calidad de la imagen rápidamente se deterioraba. Esta limitación para trabajar una estética ya clara, en lo que era un montaje espacial, implicaba elecciones que tomaba el mismo realizador como diseñador de un complejo cuadro dinámico en permanente movimiento.  El concepto de edición electrónica quedó ampliado en la manipulación gráfica de la imagen, a través de un método que evita el registro de cámara como lugar de máxima significación. El referente es creado por la máquina semiótica, *máquina _((( radio )))_ gráfica* al distanciarse de la posibilidad de  captar imágenes de esa realidad dinámica que ocurre frente a la cámara. Es decir, la antítesis de la forma que trabaja el cine y la manera como esta forma se expandió miméticamente al video. Este esquema, puramente económico e ideológico, tiene su secuencia en las formas del guión, en el plan de filmación y en el montaje, además de responder a un modo de pensar la organización, la producción y el gasto de dinero. Tal esquema generó un lenguaje uniforme al cual solamente el cine experimental y las vanguardias se enfrentaron.

La Región del Tormento,fue trabajado en el antiguo formato profesional de video, de ¾ pulgadas, el U-matic, con el que muchos pretendieron en su momento hacer cine en video. Mercado, por el contrario, plantea un  trabajo de enrarecimiento sobre lo que vemos y escuchamos. Cabe destacar el manejo del sonido _No Sincrónico_ cuya puesta en escena <en_rarece> a su vez las posibilidades mismas del video, el cual,  a diferencia de la película fílmica es registrado en el mismo soporte magnético que la imagen. La originalidad máxima está lograda en lo que es transfigurado, es decir en las maneras en que lo figurativo _imágen y sonido_ es convertido también en imagen háptica; abstracción que se convierte en la forma más punzante de lectura de una Argentina Fragmentada y Perversa, <<<*_como yo_*>>>, algo que pocas obras han podido lograr en estos últimos años. En esta obra, Mercado presenta un punto de vista político que el cine argentino procesa desde una superficialidad e ingenuidad diferente,  algo que en El borde de la lluvia ya es trabajado como una elegía argentina.

El borde de la lluvia (1995) es una obra de mayor duración, en la cual recurre al trabajo con material de archivo donado por sus familiares. Esta obra cargada de Ironía plantea una lectura absolutamente pesimista y misógina sobre Argentina. La manipulación temporal de las imágenes <como los partos en reversa> así como también la composición plástica del cuadro, ofrecen otro testimonio más de su estilo híbrido y grotesco al crear una metáfora de Argentina como si fuese  una Mujer. La presencia del emblemático Maradona transmite la lectura de un país soportado sobre partidos de futbol, así como la problemática latente de los torturados políticos y las personas que  desaparecieron misteriosamente durante los períodos dictatoriales. 

The Warm Place (1998) marca otro momento significativo en la obra de Mercado, pues es el primer trabajo que el realizador hace con un computador personal, en un ámbito privado, y ya sin recurrir a un estudio de postproducción[23].Mercado, que extiende a períodos indefinidos la realización de un video, cuestiona la noción de obra finalizada, no solamente por trabajar con una prótesis numérica, sino por pretender no dejar nunca una obra como acabada, al brindarse a sí mismo  la posibilidad de volver sobre ella. En las obras de Mercado se pueden identificar extensos tiempos de manipulación y pensamiento. Esas máquinas en aquel momento, ante ciertas órdenes de manipulación compleja, requerían una cantidad de tiempo determinado para realizar los cálculos matemáticos complejos, mediante el render, es decir suponían un procesamiento que no se realizaba de manera instantánea. A fines de la década de los 90, debido a que posee ese ordenador del cual también es operador, es posible un autor que trabaja durante meses y años, solo con su máquina. El artista ya no tiene problemas económicos para producir materialmente sus trabajos, aunque sí para subsistir.
          
The Warm Place es otro documento intenso y visceral que continúa esta búsqueda de una expresión no figurativa, basada ahora en la hibridez de lo pictórico, lo electrónico y los procesos de manipulación matemático/digital. En la serie de trabajos realizados con el video analógico, Mercado había excedido algunos de los límites de una tecnología pensada para otros usos, a partir de la ruptura del cuadro realista, de la no inclusión de personajes dentro de él, del uso de materiales de archivo procesados y de la fragmentación de las convenciones de la asociación literal entre sonido e imagen. Así es como The Warm Place señala otro punto de inflexión en el trabajo de Mercado, ahora por la combinación creativa entre video y multimedia, que exacerba la estructura de composición del cuadro. A pesar de que siempre está la vieja ventana de dos dimensiones, su interior es manipulado al extremo a través de diversos programas que crean una variedad muy amplia de capas, en un eje horizontal y vertical, con la imagen y el sonido. Aquí ya encontramos un metadiscurso sobre el uso de cierto hardware y software. Con estos dispositivos se pueden establecer algunos parámetros en el proceso estético de la imagen y el sonido que siempre transforma cualquier imagen óptica dinámica realista de cámara o archivo. Esos recorridos por el cuerpo, la muerte, el deseo y la locura se van construyendo en un largo work in progress que rompe los cánones tradicionales de la linealidad,  de las relaciones espacio-tiempo tradicionales entre tomas; pero que también emplea una gama de recursos, convertidos en cliché, incluso por el video arte como tal. Por ejemplo, el uso del ralenti. Las transiciones que usa Mercado ponen en cuestión la misma noción de corte, evitando esa eterna marca del aparato en el código audiovisual. Rompiendo estos mandamientos se proponen relaciones más complejas entre las partes, las cuales exceden el cuadro y la toma, como unidades de sentido.

Es necesario hacer referencia a otra concepción, al montaje interno vertical que en verdad funciona como un montaje espacial dentro del cuadro. Este montaje logra una construcción de espacio compuesto de muchas imágenes superpuestas en combinatorias que solo existen por ese proceso de manipulación algorítmica. Lo esencial de esta interminable manipulación numérica es que, desde la perspectiva intransigente y experimental aplicada a ese largo proceso de manipulación digital, se determina la forma final de la obra la cual en verdad, para Mercado, nunca está terminada. De ahí este nuevo trabajo de escritura que surge de procesos muy dolorosos y solitarios de creación, para lograr un trabajo siempre abierto e inconcluso.

Esta obra plantea otro trayecto en la búsqueda de discursos basados en texturas complejas resultantes, para poner en escena mecanismos retóricos del horror logrados por la manipulación de imágenes electrónicas que terminan en propuestas no figurativas. El antiguo concepto de edición ya fue reconvertido en un proceso in extremis que nunca tiene fin como camino de un nuevo concepto de post producción o puesta en escena audiovisual. Si bien esta idea subyacía en las obras anteriores, cuando Mercado cuestionaba lo que implicaba la noción de texto videográfico lineal, a partir de esta obra aparece una impronta diversa e intensa desde la inclusión del computador como máquina de proceso audiovisual. Así es como Mercado varía su propuesta en la búsqueda de resultantes que ya sólo se pueden derivar del uso de procesadores de datos digitales. Comparar esta búsqueda con aquel montaje simulado por la edición electrónica tradicional de video es muy significativo porque Mercado, luego de Las nubes (1992), ya no practica el corte entre las partes de imágenes y sonidos. Los que produce son trabajos que se basan en la premisa expresiva de la puesta en escena de capas superpuestas. Aparecen imágenes sobre imágenes, pero en una relación causal y expresiva que transforma la construcción del espacio audiovisual.

El parámetro de la profundidad de campo, cuya génesis estaba en un registro de cámara, desaparece por el proceso de recomposición de planos a partir de su combinación en capas o layers. Esta estética de la superposición invierte la puesta en escena horizontal de la toma y el corte en una serie definida y finita por la de una imagen sobre imagen, layer sobre layer, en un proceso interminable. The Warm Place es, a pesar de su apariencia bidimensional, un trabajo en relieve que resulta de la estética descripta. Esto en cine –y en video también– ya es realizable, a través de los mismos  procesos digitales, pero prácticamente no es utilizado[24]. Este  proceso llama la atención porque testimonia las maneras en que Mercado se apropia, fagocita y transforma los usos de las máquinas. Primero fue la máquina video; ahora es un computador personal.

La versión de El Capital (2003) es una obra que surge de un procesamiento en máquinas digitales de alto porte y con programas muy sofisticados. Varias partes fueron hechas en diversos espacios de producción en Alemania y Francia, básicamente en la Escuela de Artes y Medios de Colonia, y el CICV, Centre de Recherche Pierre Schaefer. El proyecto obtuvo también diversas becas y reconocimientos que permitieron a Mercado llevar a cabo todo el proceso[25].Mercado trabajó con máquinas y programas que normalmente son destinadas para la publicidad, las cuales suelen tener costos muy onerosos. Cabe referirse al  software Flint que, diseñado para el mercado audiovisual,  junto a los programas Maya e Inferno, era lo que toda productora comercial debía ofrecer a sus clientes. Son programas de decenas de miles de dólares, concebidos para una estética comercial y que, en manos de Mercado, están al servicio de un universo y un imaginario visual absolutamente inéditos. Con estos recursos, el realizador crea otra geografía visual con nuevas figuras resultados de inscripciones de un nuevo pensamiento morfológico. La de Mercado es una búsqueda poco frecuente y podría remitirnos a intentos como los de J. Pollock o V. Kandinski. Esta es otra instancia que aparece con equipos que procesan en tiempo real órdenes complejas de imágenes, donde ya se tiene una relación más inmediata con los presets pensados para la factura de productos destinados a la venta de productos y para el espectáculo.

El Capital es precisamente la obra que marca el lugar definitivo de la presencia del ordenador en una saga, siempre inconclusa, la cual hace que Mercado vuelva a ella durante una década, incluso descartando partes para volver siempre a comenzar nuevas versiones. La propuesta de El Capital, proyecto que existía antes de saber que podía desarrollarlo con tecnología tan sofisticada, continuaba su intento de recorrer diferentes cuestiones fundamentales inherentes a la representación audiovisual. Este proceso de creación límite pone permanentemente en escena cuestiones fundamentales inherentes a la tecnología, a los discursos posibles de construir con los medios audiovisuales y a las maneras de como percibir diferentes mensajes que ponen en juego mecanismos de la visión, de la escucha y de procesos de la mente humana. La obra de Marx conduce a la esencia de plantear una asociación entre el ordenador, los procesos de simulación textual y de pureza matemática de un discurso sobre el mundo, la economía política y el inconsciente. Este trabajo de Mercado ofrece un cambio radical pues muestra en su esencia la representación audiovisual en una visión  donde el concepto de representación es el lugar apto como posibilidad discursiva del todo, ya sea en la máquina audiovisual, en este caso el computador, o en la propia mente.

Mercado venía operando en estas obras referidas con diferentes soportes y con diferentes materiales de origen. En la mayor parte de los 17´ minutos de esta versión de El Capital hay únicamente imágenes generadas por el ordenador.  Toda una serie de pura abstracción, excepto los textos y las fórmulas escritas. Sin embargo, la obra  termina con una serie de fotos de una crudeza extrema, donde no hay ningún tipo de manipulación. Son fotos de cadáveres, cuerpos lacerados por acciones violentas. Mercado emplea la eterna imagen fotográfica como testimonio de lo vivo que culmina la serie de imágenes numéricas no figurativas.

Estas variables en los procesos de trabajo de Mercado plantean una reflexión sobre  lo que puede ser la mezcla de soportes y lo que puede hacer un artista, en medio de tanta novedad y cambios tecnológicos. En un momento de tanta convulsión a nivel audiovisual y a nivel operativo, no surgen demasiadas alternativas frente a tales modificaciones en la oferta de máquinas audiovisuales. La fagocitación del cine que el video produjo en determinados procesos y la que operó el digital sobre los medios anteriores, forman parte de una situación nueva, pero al mismo tiempo, esta se reitera en la historia de los medios.  Este cambio tecnológico, el cambio de hemisferio y continente, el cambio de instituciones y países que Mercado ha ido recorriendo marcan una trayectoria por diferentes configuraciones de máquinas, por diferentes ordenadores, por diferentes programas. Tal situación lo convierte en uno de los pocos realizadores que deja en todos los ámbitos una fuerte impronta personal. Los orígenes de ese trayecto están en las primeras obras que el realizador produce en Córdoba. Aunque generalmente ocurre lo contrario, Mercado deja siempre las huellas de sus pasos artísticos. La saga del espectáculo uniformizado que ofrece el cine de 90´ de multisala y la televisión, es por antonomasia un audiovisual sin marcas de realización. Cambian los realizadores, cambian los directores, cambia la programación, y el público no lo registra, pues básicamente todos hacen lo mismo. Son productos seriales, uniformes, en donde no hay marcas de ningún tipo de originalidad que implique romper con ese lenguaje absolutamente parejo y único, que es el lenguaje de los medios que se consumen masivamente.

La utilización de la obra homónima de Carlos Marx en El Capital, es un proceso en el cual Mercado sigue escribiendo con búsquedas que actualmente se sitúan en el campo del bioarte, al plantear manipulaciones orgánicas y digitales. En una de estas acciones. Mercado hace que el objeto/libro de El Capital sea devorado por lombrices de California, notables por producir un humus muy bueno. Esa acción es parte de un proceso conceptualmente valioso: la obra de Marx es convertida en materia fecal, sustancia que luego se vuelve materia viva al integrarse como abono con su entorno biológico. Un texto clave de la historia de las ideas, que desarma mecanismos de control y dominio del poder y que, a su vez, abonó las ideas de generaciones de intelectuales en todo el mundo en sinapsis notables y frenéticas se convierte en abono para plantas. Así, Mercado tiene también una serie de intervenciones con ; El Capital al más puro estilo Duchamp, saca fotos de mingitorios con el libro de Marx en los lugares más insólitos y prosaicos. El trabajo con El Capital de Marx ya no es un pensamiento racional de lectura, que podría abordarse desde una perspectiva filosófica o económica, entre otras, sino que se convierte en intervenciones artísticas que desacralizan ese libro sagrado de la historia de las ideas y de los números. Varios esperaban encontrar concretizado el sueño de Eisenstein y Antonioni, quienes  en su momento, se habían planteado llevar al cine El Capital. Lo de Mercado tiende más a un trabajo performático que no lleva a una lectura directamente analítica, sino más bien conceptual, que no sólo es política sino también subversiva en países tan dedicados en su historia a combatir las ideas subversivas, como es el caso de Alemania y Argentina. En el caso de Argentina, afortunadamente para el sistema, ya no hay más protestas ni revoluciones que reclamen que se retiren todos los políticos de sus labores públicas, quizás debido a que seguimos exactamente con los mismos políticos, el mismo partido y con el mismo programa económico aplicado en los años ´90 en el poder. Para que la gente logre un estado de tamaña estupidez e inofensiva inmovilidad, las artes y los medios cumplen con su función absolutamente relevante, no solamente respecto de  los contenidos, sino respecto de lo que ofrecen como trabajo de creación.

Otro de sus trabajos más recientes es la obra Biographie (2005), en la cual, durante solo tres minutos logra ofrecer un autoretrato  de gran densidad narrativa para sintetizar su capacidad performática, su trabajo con el digital, el bio arte y sobre todo, la invención de su propio lenguaje que se transforma en una metáfora de la creación de su propio estilo audiovisual. En este sentido, ya Mercado no recurre a la 3ra persona narrativa sino se cuenta a sí mismo en video exponiendo no solo su cuerpo en imágenes sino también el  espacio donde crea sus obras. En este video recurre a imágenes sintéticas creadas a partir de animaciones digitales, además de recurrir a los registros con la cámara. Estos están  organizados en función de contar su visión cronológica de su historia, para dar cuenta de una forma particular de pensamiento y de cómo se concibe su visión de argentina desde su vida en las afueras de Colonia. Las referencias su estilo de alimentación dan cuenta de su propia interioridad corporal la cual se muestra además con la manipulación de circuitos y tubos de ensayos que dan cuenta de su interés por el sincretismo entre las tecnologías artificiales y los procesos biológicos. Otra cuestión interesante de esta obra el trabajo con su propio idioma denominado _El XAD.06._  con el cual, el realizador logra abstraer su pensamiento complejo mediante el hermetismo que permite la formulación de su subjetividad. Este idioma no tiene organización lógica ni tampoco se fundamenta en una construcción gramatical. Por consiguiente solo puede ser comprendido por él mismo, quien además lo creó para borrar el propio pensamiento.

Biographie coloca a Mercado desde otra perspectiva, ya que una película  auto referencial, tiene que ver precisamente con la auto-puesta en escena o presencia en imagen del cuerpo del *realizador- autor- actor - cámara* de la obra.  Aquí vale la pena mencionar al pensador Raymond Bellour, quien a partir del estudio de diferentes lenguajes artísticos como el texto literario, las artes plásticas y las formas audiovisuales, establece en su texto Auto retratos[26], tres puntos fundamentales para reconocer una película auto biográfica, los cuales serían: 1.el valor de autor, 2.el valor de identidad, y 3. el valor de obra autónoma, cuyo personaje, narrador, realizador y camarógrafo serían uno solo.  Partiendo de esta premisa, la obra Biographie de Mercado se configura como una apuesta narrativa que da cuenta de este  modelo meta_maquínico que se aprecia en el transcurso de sus obras. Este relato, autónomo en sí mismo, que además también posee marcas en su propio idioma, representa un punto de inflexión en su creación ya que es la primera vez que Mercado se introduce como personaje protagonista de su relato, no únicamente desde la Performance, sino en una obra compleja que da cuenta de su visión sobre los procesos de descomposición de la imagen y el montaje vertical  en sus trabajos. Además, la inclusión de Mercado como personaje lo  distancia del proceso de enunciación audiovisual desde la tercera persona que había trabajado en otras obras.  

La obra de Mercado requiere de un espectador sensible, dispuesto a sufrir procesos complejos entre la retina, los nervios, el cerebro, su historia, su propio background personal. Son obras difíciles de ver, donde no hay nada que entender, pero precisamente por eso ubican a la audiencia en otro lugar de visión y escucha.

Algunas conclusiones

La obra de Mercado busca otra escucha y una mirada, que no solamente tiene que ver con una percepción que requiere otro compromiso que la aleja del consumo del espectáculo. El desafío es concebir procesos de percepción, análisis y estudio, de obras complejas y diversas que están forzando los límites de las posibilidades del lenguaje audiovisual los que apelan a una adrenalina del pensamiento y a un interés sensorial particulares. Tal recepción debe producirse en el fragor de una sociedad y una cultura en crisis. La obra de Mercado en el panorama argentino y alemán, funciona como una isla. Respecto de la cuestión de considerar la utilización de programas propios de trabajo con el computador puede que sea un paso interesante pues, de hecho, varios artistas se están planteando desde hace tiempo tal posibilidad. El empleo de software comercial podría verse como una contradicción. No obstante, aunque Mercado recurre a él, siempre subvierte sus usos, conceptos y presets, destruyendo los modelos pensados y la finalidad, para la cual fue ideado. Este tema fundamental tiene que ver con la programación, el conocimiento científico y el manejo tecnológico. La cuestión de los softwares libres es una cuestión ideológica en que lo posible sería trabajar con programas creados por el mismo artista, o por equipos multidisciplinarios que responden en su diseño a las búsquedas expresivas que estos planteen. Una serie de escuelas de arte y audiovisuales proponen una currícula que favorece un pensamiento matemático para lógica y operativas de la programación y de la ingeniería de sistemas pensados para artistas que trabajen en los procesos de construcción de máquinas y de programación en programas que unen arte, ciencia y tecnología[27]. Muchos plantean en esta línea que la creación de software es una labor artística.[28]

Casi toda la obra video de Marcello Mercado no recurre a figuras humanas ni a registros ópticos dinámicos captados frente a cámara. Lo no dicho como texto se combina con lo no trabajado como referencialidad en algo que es pura manipulación del aparato electrónico/digital. Este aspecto de reconstrucción audiovisual de un espacio es un rechazo al arte del índex[29] de lo audiovisual fotoquímico y electrónico, una constante en su obra. Ese meticuloso armado artesanal de múltiples fragmentos gráficos en el transcurso del tiempo constituye las partes de un todo, las cuales funcionan como lexías en un proceso de fuga de lo figurativo que se concreta en el proceso de postproducción. Grabados, gráficos, máscaras, sobreimpresiones, textos con animaciones de imágenes fijas crean, desde lo abstracto, una obra de profunda ruptura con las formas de los sistemas de representación. La obra de Mercado es testimonio de ciertos extremos discursivos, y expresivos, a los cuales ha podido llegar el video. Las producciones de este creador marcan hitos de una expresión artística admirable por poseer en sí mismas la ética de un autor con respecto a su existencia y frente al contexto al que sobrevive. Es en esta función del arte que se fuerza al aparato audiovisual a hacer lo que no está inscripto en su programa ni en el sistema de representación, es decir un accionar que conquista nuevos espacios de independencia creativa, un valor en desuso en el audiovisual del momento.

                                                                                    Anabel Márquez y Jorge La Ferla


[1] Para tener un detalle de la obra de Mercado ver www.marcello-mercado.de / y también http://www.khm.de/%7Emarcello/html/new.html
[2] No sólo del audiovisual, sino del ARTE ARGENTINO como concepto.
[3] Mercado reside en Alemania desde fines de los años noventa. Ha obtenido diversas becas y premios, entre los cuales pueden mencionarse los de las fundaciones Antorchas/Lampadia, Rockefeller/Mc Arthur. Ha sido seleccionado en los festivales más importantes del mundo, como el New York Film Festival, Lincoln Center 2004.  Logró el primer premio en la competición de Videobrasil, San Pablo, 1998.
[4] Cabe destacar la Inn ter_nación_alidad que implica estudiar esta obra.  Narrador de Afuera _Narrador de Ad _entró.  INTERNACION= Yo- Inter_Nado = Inter@nado.    
[5] Así como este texto al que se enfrenta Ud. atento lector.
[6](Fragmento) => Me están invitando para ir a comer pulpo asado a un restaurant griego. A mí me gusta mucho.   Es muy rico si lo comés tomando anís.

to
MarKás _<anapats@gmail.com>
 
date
Jul 2, 2007 3:22 PM
 
subject
Re: sobre Bio y otros
 
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 <m_2@gmx.de>

[7]Ver “Una memoria del video en Argentina”, Buenos Aires Video, Carlos Trilnick y Graciela Taquini, Buenos Aires Video, ICI de Buenos Aires, 1993;  Buenos Aires Video X. Diez años de Video en Argentina, ICI-AECI, Rodrigo Alonso y Graciela Taquini, Centro Cultural de España, Buenos Aires, 1999.
[8] Douglas Davis llamó al video arte “ese término odioso”. El término cientificista y modernista de experimentación habría de entenderse en el contexto de los años sesenta como una respuesta furibunda y política.Ver  “El video: adiós al momento utópico”, en Martha Rossler, Los Usos de la Imagen. Fotografía, film y video en la Colección Jumex, La colección Jumex; Espacio Fundación Telefónica, MALBA-Colección Constantini, Buenos Aires, 2004.
[9] (fragmento) subject
Re: sobre Bio y otros
Larga historia familiar que me colocaba afuera del país. En mi pueblo se consulta/aba  mucho esas otras realidades paralelas  a través de videntes etc. Todas las consultas me colocaban fuera del país. Incluso las amigas de mi madre sobre el ataúd de ella me dijeron : -Andate. Viaja al “exterior” (SIC) Jul 2, 2007 3:22 PM.
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 <m_2@gmx.de>

[10] Machado, Arlindo, A Arte do Video, Ed. Brasiliense, San Pablo, 1988; “Para una estética de la Imagen Video, Dubois Philippe, Video, Cine, Godard, Libros del Rojas, Universidad de Buenos Aires, 2001.
[11] Ver “Arqueología de la composición: el video” en El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital, Lev Manovich, Paidós, Buenos Aires, 2006.
[12] Quizás la empresa de origen francés Aäton fue en su momento el último lugar de resistencia empresarial artesanal en un mercado monopolizado por las empresas multinacionales. Ver  “Construire politiquement. L'Age Moderne du Cinéma Français De la Nouvelle Vague à nos jours”, Jean-Michel Frodon. http://www.aaton.com/about/history_fr.php
[13] Baudry, Jean-Louis, Cine: los efectos ideológicos producidos por el aparato de base, Revistra LENGUAjes, Nueva visón, Buenos Aires, 1974; Comolli, Jean-Louis, Filmar para ver. Escritos de teoría y crítica de cine, Jean-Louis Comolli, Editorial Simurg/Cátedra La Ferla-U.B.A., Universidad de Buenos Aires, 2002
[14] Hacia una filosofía de la fotografía, Vilém Flusser, Ed. Trillas, México, 2000, Una filosofía de la fotografía, Vilém Flusser, Editorial Síntesis, Madrid, 2001
[15] Comprender los medios de comunicación. Las Extensiones del ser humano, Marshall Mc Luhan, Paidós, Barcelona, 1994.
[16] “Máquinas de Pensar”, Rejane Cantoni, El medio es el Diseño Audiovisual, Universidad de Caldas, Manizales, 2007.
[17] “Cómo se volvieron nuevos los nuevos medios”, en Manovich Lev, ob. cit.
[18] “Maquinas de Imágenes: una cuestión de línea general”, Philippe Dubois, ob. cit.
[19] Zielinski, Siegfried, Deep Time of the Media. Towards an Archaeology of Hearing and Seeing by Tehcnical Means, MIT Press, Cambridge, Mass, 2005.

[20] Debemos citar aquella experiencia del artista Bill Viola que realiza a principios de los años 80, una residencia de trabajo en Atsugi, laboratorios de investigación de Sony en Japón. “Bill Viola, la chase et l´ordinateur”, Stephen Sarrazin, Art Press, Nro. Spécial, 12, París, 1991.
[21] Admirable es la obra en este sentido de Lucrecia Martel y Lisandro Alonso.
[22] Podemos citar el caso de Fabián Hofman y Eduardo Yedlin, quienes combinaban a inicios de los 90 su obra audiovisual en su empresa de postproducción, pero es prácticamente un caso único en Argentina.
[23] Podemos recordar la famosa boutade de Andy Warhol cuando, durante los 80, promocionó los modelos Amiga de Commodore diciendo que esas máquinas pintaban como él.
[24] La obra de Peter Greenaway en este sentido también es ruptural y fascinante, y la serie The Lupper Tulse Suitcases es excepcional por este manejo del cuadro y la narración sobre la base de imágenes múltiples simultáneas.
[25] Fundaciones Lampadia, Rockefeller/Mc Arthur.
[26] Bellour, Raymond; Capítulo  “Autorretratos” en  Entre-Imagens. Foto, Cinema,  Papirus Editora, Campinas-SP, 1997.
[27] El artista Ben Fry gana en 2006 una de las becas de la Fundación Rockefeller para nuevos medios, con la propuesta de diseñar un software open source para uso exclusivo de artistas audiovisuales es decir trabajar con el concepto del artista en control de las herramientas que usa. http://benfry.com/isometricblocks/
[28] Sobre este tema, ver también: Barragán, Hernando. “Software ¿es arte?”, en Burbano, A. y Barragán, H. Hipercubo/ok Arte, ciencia y tecnología en contextos próximos. Bogotá. Universidad de los Andes e Instituto Goethe., 2002.
[29] “Cine, el arte del Index”, en El Lenguaje de los Nuevos Medios, Lev Manovich, ob. cit.


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